Siglos antes de llevarse a efecto las Cruzadas, ya existían en Tierra Santa instituciones caritativas que cuidaban de la asistencia a los peregrinos que acudían a visitar los lugares testigos de la Pasión de Jesucristo. Desde la toma de Jerusalén el año 1.099, resultado de la Primera Cruzada encabezada por Godofredo de Bouillón, los monjes de San Lázaro, ocupados con anterioridad en el cuidado de los leprosos, se apresuraron a ofrecer sus servicios. Es sumamente curioso señalar que los Lazaristas acogían a cualquier caballero de otra Orden que contrajera la lepra y, siempre que guardara su Regla, era bien recibido entre ellos. Algunos caballeros cruzados tomaron el papel de los monjes anteriores y parece ser que desde 1.115 formaron una comunidad independiente entre las Ordenes orientales, tomando la Regla de San Agustín. A este respecto, puede citarse una bula de Pascual II, confirmando la Regla y otra en 1.255 del…    read more