Este noble apellido tuvo casa solar armera en la anteiglesia de su nombre, del partido judicial de Durango, en Vizcaya.
Otra casa tuvo este apellido en la también anteiglesia de Amoroto, del partido judicial de Marquina.
Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la corte del rey Teobaldo de Champagne, hijo de Blanca de Navarra y sobrino de Sancho el Fuerte, formando parte del servicio personal y guardia privada desde 1234 a 1240. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de el descubrimiento de las islas Marquesas (Océano Pacífico), siendo uno de los oficiales al servicio de Don Alvaro de Mendaña, Adelantado del mar Océano. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Abadiano.
Blasón de la familia Abadiano
De plata, con tres árboles, arrancados, de sinople, puestos en triángulo mayor.