De azur, un castillo de plata con dos torres sobre un campo de sinople, cargado de dos llaves de oro cruzadas y de una cruz patriarcal también de oro. Bordura de oro con doce aspas de gules.
Los orígenes de la ciudad de Baeza se remontan a la Edad del Bronce. En el II milenio a C. se fundó un núcleo de población en el cerro del Alcázar, en un extremo del actual casco urbano.
Hasta etapa ibérica se desconoce lo que ocurrió en el cerro, pero en el siglo IV a C. se confirma la presencia de un oppidum (poblado fortificado), que estaba adscrito a la órbita de Cástulo.
En época romana, Biatia o Vivatia, de ambos modos aparece mencionada en las fuentes, era una ciudad obligada a pagar tributos, pero que tenía potestad para dictar sus propias leyes y acuñar moneda. En el siglo I d C. pasó a ser considerada Municipio Flavio. En esta época ya era un importante centro administrativo y de intercambio comercial.
En torno al siglo IV fue sede episcopal visigoda, y se constata que fue tolerada durante la dominación islámica, al menos hasta el siglo IX.
La ciudad alcanzó su mayor esplendor en el siglo XII con los almohades, que hicieron de Bayyasa plaza principal entre sus posesiones peninsulares. No sólo mejoraron la fortificación, sino que los edificios públicos como las mezquitas y los mercados se multiplicaron.
Fue conquistada definitivamente por Fernando III en 1227, después de haber sido tomada y perdida sucesivamente pos los reyes Alfonso VII (1147) y Alfonso VIII (1212). Baeza se convirtió en la primera ciudad conquistada definitivamente a los árabes en Andalucía y pasó a ostentar la capitalidad civil y religiosa del Alto Guadalquivir hasta la conquista de Jaén. El importante papel que jugó en la conquista de Al-Andalus, le hizo merecer el apelativo de «Nido Real de Gavilanes».
Los siglos XV y XVI fueron los de mayor esplendor de Baeza, su riqueza agropecuaria y pujanza comercial e industrial favorecieron un rápido crecimiento poblacional. Se creó la Universidad de Baeza y las reformas urbanas se sucedieron. El poder civil y religioso se instaló en el centro, se levantó la Catedral y, en su entorno, el palacio y seminario. A finales del siglo XVI en uno de los palacios cercanos, el de Gil Bayle de Cabrera, se instaló el Concejo. El panorama se vio ensombrecido por los enfrentamientos entre los bandos de la aristocracia local (Benavides y Carvajales) y que dio lugar a la demolición de las murallas por orden de la reina Isabel la Católica.
La crisis del XVII tuvo especial repercusión en Baeza, impidiendo la consolidación de instituciones tan representativas como el cabildo catedralicio o la Universidad. En la siguiente centuria se produjo un tímido impulso reformista con la constitución de la «Real Sociedad de verdaderos patricios de Baeza y reino de Jaén».
Los principales acontecimientos del siglo XIX fueron la ocupación de la ciudad por las tropas francesas en 1810, los procesos desamortizadores de mediados de siglo, con el cierre de parroquias, ermitas y fundaciones, y el cierre desde 1824 de las puertas de la Antigua Universidad. En la actualidad, Baeza vuelve a recuperar, en cierto modo, su tradición, con la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.
Baeza fue declarada «Conjunto Histórico-Artístico» en 1966 y «Ciudad Ejemplar del Renacimiento», por el Consejo de Europa, en 1975. Actualmente, junto a Úbeda, ha sido declerada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Los orígenes de la ciudad de Baeza se remontan a la Edad del Bronce. En el II milenio a C. se fundó un núcleo de población en el cerro del Alcázar, en un extremo del actual casco urbano. Hasta etapa ibérica se desconoce lo que ocurrió en el cerro, pero en el siglo IV a C. se confirma la presencia de un oppidum (poblado fortificado), que estaba adscrito a la órbita de Cástulo. En época romana, Biatia o Vivatia, de ambos modos aparece mencionada en las fuentes, era una ciudad obligada a pagar tributos, pero que tenía potestad para dictar sus propias leyes y acuñar moneda. En el siglo I d C. pasó a ser considerada Municipio Flavio. En esta época ya era un importante centro administrativo y de intercambio comercial. En torno al siglo IV fue sede episcopal visigoda, y se constata que fue tolerada durante la dominación islámica, al menos hasta el siglo IX. La ciudad alcanzó su mayor esplendor en el siglo XII con los almohades, que hicieron de Bayyasa plaza principal entre sus posesiones peninsulares. No sólo mejoraron la fortificación, sino que los edificios públicos como las mezquitas y los mercados se multiplicaron. Fue conquistada definitivamente por Fernando III en 1227, después de haber sido tomada y perdida sucesivamente pos los reyes Alfonso VII (1147) y Alfonso VIII (1212). Baeza se convirtió en la primera ciudad conquistada definitivamente a los árabes en Andalucía y pasó a ostentar la capitalidad civil y religiosa del Alto Guadalquivir hasta la conquista de Jaén. El importante papel que jugó en la conquista de Al-Andalus, le hizo merecer el apelativo de Nido Real de Gavilanes. Los siglos XV y XVI fueron los de mayor esplendor de Baeza, su riqueza agropecuaria y pujanza comercial e industrial favorecieron un rápido crecimiento poblacional. Se creó la Universidad de Baeza y las reformas urbanas se sucedieron. El poder civil y religioso se instaló en el centro, se levantó la Catedral y, en su entorno, el palacio y seminario. A finales del siglo XVI en uno de los palacios cercanos, el de Gil Bayle de Cabrera, se instaló el Concejo. El panorama se vio ensombrecido por los enfrentamientos entre los bandos de la aristocracia local (Benavides y Carvajales) y que dio lugar a la demolición de las murallas por orden de la reina Isabel la Católica. La crisis del XVII tuvo especial repercusión en Baeza, impidiendo la consolidación de instituciones tan representativas como el cabildo catedralicio o la Universidad. En la siguiente centuria se produjo un tímido impulso reformista con la constitución de la Real Sociedad de verdaderos patricios de Baeza y reino de Jaén. Los principales acontecimientos del siglo XIX fueron la ocupación de la ciudad por las tropas francesas en 1810, los procesos desamortizadores de mediados de siglo, con el cierre de parroquias, ermitas y fundaciones, y el cierre desde 1824 de las puertas de la Antigua Universidad. En la actualidad, Baeza vuelve a recuperar, en cierto modo, su tradición, con la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía. Baeza fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1966 y Ciudad Ejemplar del Renacimiento, por el Consejo de Europa, en 1975. Actualmente, junto a Úbeda, ha sido declerada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Su actividad económica principal es la agrícola ligada al cultivo del olivo, así como a su industria oleícola, si bien el turismo monumental ha desarrollado la actividad de hostelería. La ausencia de tierras no agrícolas reduce los espacios de interés natural a los ligados al río Guadalquivir y a los humedales de la Laguna Honda declarada reserva natural.