Una antigua e ilustre familia de la Riviera llegó a Génova en 1260. Pietro, cuatro veces mayor, embajador ante Carlos VI de Francia en 1396; Gabriele embajador ante el Papa Eugenio IV en 1439; Pietro su hijo, fue enviado a recuperar la ciudad y el castillo de Sarzana en 1496.
Hay pocas ciudades que se precien de tener familias nobles tan antiguas como las de Génova, pues a pesar de las vicisitudes del tiempo, aún conserva en su seno muchas familias que prueban su genealogía de padre a hijo mediante escrituras notariales desde mediados del siglo XII hasta nuestros días, es decir, desde una época que sirve de barrera a casi todas las familias de Europa. Pero si nos faltan las escrituras anteriores a las de Giovanni Scriba del año 1150, y de Lanfranco Lotaro de 1180, para aumentar el grado de nobleza de esta familia, las mismas escrituras.