Apellido con origen en Chiner, en Luxemburgo un territorio que recibió en dote doña Matilde, hija del conde Ardán, cuando contrajo matrimonio con Arnal de Grauson, en el año 992, enlace del que quedaron tres hijos: Otón que sucedió en el Condado a su padre, Clemencia y Juan. Con el tiempo, ramas de este linaje hizo degenerar el apellido hasta transformarlo en Janer.